Lo que muestra el espejo (2012)

Es posible concluir que el sentido de lenguaje de Mantero se encuentran una confluencia de elementos que fue trabajando de forma aislada hasta que llegó el momento que los encastró y los puso a funcionar como un todo: zonas matéricas y texturadas, otras de pintura que aplica de manera fina y plana, líneas enmarañadas y en relieve que atrapan a hombres y mujeres dibujados, líneas que cobran espesor se despegan del plano y encierran la obra por los cuatro costados, fondos recorridos por dibujos pequeñitos, muchedumbres, figuras colocadas en planos más cercanos, el blanco y el negro, las tonalidades vibrantes, lo estático y lo dinámico, los silenciosos personajes marchando, el ruido rechinante de algunos colores, elementos que van acercando al ojo o alejándolos de él, personajes en los que pone el énfasis o aquellos que lo hace desaparecer al colocarlos de manera de no generar ningún foco de interés porque este radica en la totalidad.

Mantero se vale de lo técnico, que ya es su aliado y lo pone al servicio de un estado sensible que se expresa a través de ese mundo imaginario de sueño, donde permanentemente aparecen datos que, a pesar de no ser ajenos a nosotros, igualmente resultan francamente perturbadores.