Mantero y su manto (de dudas)

La pintura de Mantero es, como la de Figari, una pintura de ideas, y si bien no es una obra memoralista adopta una postura frente al pasado, no se queda en formalidades, discute y crítica el presente, como también lo hacia Figari en los múltiples ámbitos de su prédica. En el otro plano, en el formal-artístico, Mantero no desdeña el fuerte colorido, ni los recursos expresivos cercanos al infantilismo, esa manera lúdica de crear que es innovadora y provocativa al mismo tiempo, que puede ser visceral y matérica, dubitativa y juguetona.