Visones Subjetivas/ Presagios Lúdicos. (1997)
El hallazgo de un lenguaje para muchos artistas años de marchas y contramarchas, un sufrido camino de dudas y certezas que no siempre arriban a un feliz final, otros artistas parafraseando a Picasso, no buscan sino que encuentran, su forma de hacer tiene la despreocupada alegría de un niño, solo lo hacen con la misma naturalidad que caminan o respiran. A esta categoría de artistas, pertenece Gerardo Mantero, quien imagino, desde sus primeras manchas, tenía establecidas las premisas que regirían el futuro de sus obras.
Años han pasado desde su primera presentación por los inicios de la década del ochenta, siendo uno de sus más representativos exponentes, que junto a otros jóvenes artistas asestaron un duro golpe al gusto medio uruguayo con un enfoque temático irreverente y un cromatismo hiriente para nuestras apaciguadas retinas. A pesar de los años la obra de Mantero no ha cambiado esencialmente, siendo uno de los rasgos más destacables el sabio manejo que logra entre su voluntad y el azar, éste ha tenido un desempeño medular en sus trabajos, guiándolos a soluciones formales que la razón ni siquiera hubiere considerado. A primera vista su pinturas se presentan como un discurso más vinculado al disfrute visual, tal vez sea la forma en que Mantero dulcifica ante sí y ante el espectador, imágenes que nos exponen en un rol que no quisiéramos estar representados.